Para que una
célula, como constituyente fundamental de la materia viva, se mantenga debe
cumplir día a día con diversas funciones, y requiere así de ciertas estructuras
básicas que se lo permitan. A continuación vamos a analizar cada una de esas
estructuras básicas que posee una célula para lograr comprender las diferencias
funcionales que presentan entre ellas y el funcionamiento de cada una.
La
guardiana de la célula
Todas las células poseen una membrana celular o plasmática (observa la imagen a la izquierda) que se encarga de permitir que la célula interactúe con el medio en el que se encuentra, además:
- Sirve de barrera de protección y delimitación del contenido celular.
- Regula la entrada y salida de materiales.
- Transmite señales e información entre células.
- Da lugar a compartimentos dentro de cada célula.
El modelo de
membrana celular adoptado hasta ahora es el propuesto en 1972 por S. J. Singer
y G. L. Nicolson, llamado modelo del mosaico fluido. Si observas la figuras de arrriba y a la derecha, podrás notar que el modelo propone que la membrana celular está formada por una
capa doble y fluida de moléculas de lípidos, en la cual hay proteínas asociadas.
Al presentar estas características la membrana plasmática resulta selectivamente permeable, es decir, que según las necesidades celulares puede impedir el paso de una sustancia determinada, o en otros momentos puede permitir el paso de la misma. Más adelante en el texto trabajaremos en qué forma pueden pasar las sustancias a través de la membrana plasmática.
Al presentar estas características la membrana plasmática resulta selectivamente permeable, es decir, que según las necesidades celulares puede impedir el paso de una sustancia determinada, o en otros momentos puede permitir el paso de la misma. Más adelante en el texto trabajaremos en qué forma pueden pasar las sustancias a través de la membrana plasmática.